Pará, pará! ¿Qué hacés? ¿A dónde vas? Volvé. Volvé acá, hijo de puta. Acabo de abrir el corazón. Evacué sentimientos alojados en la aorta, como si de un cateterismo emocional se tratase ¿y te vas así como así?. Dame una chance. Volvé. Bajá ese dedo. Bajalo. Hacelo descender tanto como ha descendido mi orgullo en estas líneas. Mirame. Mirame arrastrarme como una babosa en celo ¿No te importa? ¿Tan frío sos? Anda a la puta que te parió. No, no lo digo en serio. Terminar un relato con una puteada sería muy barato, y me colocaría a la altura de los sketches que terminan en una pelea general porque el guionista se aburrió y no tenía ganas de pensarla un rato más.
Hey, hola! ¿Dónde estás? ... ¿Te fuiste?
Siempre haces lo mismo. Al fin y al cabo, no se que me gusta de vos.
-Not just a moustache-
4 comentarios:
La histeria está en el aire, hay que usar barbijo.. urgente!
Ojo con abrir el corazón.. que cualquiera mete mano y hace desastres ahí, despues andá a ordenarlo, como hacés con las cosas que se rompen? Donde las reemplazas? La posta es dejar la puerta entreabierta con una traba.. para ver que onda del otro lado.. después se ve.
Por ahi terminan con una copia de llave y todo.. y por ahí no.. por ahi no, por ahi hasta cerras las persianas de la ventana y ponés un cartelito de "el timbre no anda"..
Saludos para voce! (:
Me encantó, de veras... como el rebelde personaje que quiere escapar de nuestra imaginación
un abrazo, y esperamos II parte
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