domingo, 28 de noviembre de 2010

Padre Nuestro (La Tabaré)


Padre nuestro que estás en los cielos santifican tu nombre porque no hay más remedio y hágase tu voluntad allá en el cielo porque aquí en la tierra desde hace mucho tiempo mendigamos la nuestra. El pan nuestro de cada día duro, frágil y hasta triste y no nos consta que el tuyo sea verdadero porque aquí el pan lo controlan los gobiernos. Y déjanos caer en la tentación aunque más no sea para alterar la costumbre. No nos libres del mal porque no tendríamos cómo reconocer el bien si es que alguna vez nos llega. Y no perdones nuestras deudas, ni dudas, ni pecados porque no queremos perdonar al enemigo y sólo pondremos la otra mejilla para el beso.

La estrategia es mentir y ofrecer una flor, y decir amor y paz.

Leo Antunez.

Treinta aforismos de verano.


1. Aforismo: píldora de sabiduría barata al alcance de cualquier idiota.
2. Era un escritor tan exquisito que sólo publicaba primeras ediciones.
3. Los libros de Borges están llenos de citas a ciegas.
4. Sin razón, odiosa diosa.
5. En verano la telebasura huele más.
6. La aspirante a actriz tomaba clases de adicción.
7. Era tan sensato que estaba cuerdo de atar.
8. Moriré sin descendencia como murió mi padre.
9. El abismo es excitante si no caes en la rutina.
10. Yo soy nadie, tú cualquiera.
11. Si les mentís sobre la marihuana, ¿por qué van a creerse lo de la heroína?
12. Llegué tarde a todo, sólo fui precoz en la eyaculación.
13. Si todos los partidos sostienen que han ganado las elecciones, ¿quiénes las hemos perdido?
14. El sabio se hace el tonto porque sabe.
15. Bailar es soñar con los pies.
16. Contra la patria chica, mundo grande.
17. No se trata de no querer venderse sino de no saber.
18. Es muy duro curarse de lo que cura.
19. ¿Qué importa parecerlo?, hay que serlo(aunque no lo parezca).
20. En el gimnasio la gente corre para ir a ningún sitio.
21. ¿Cara o cruz? Canto.
22. Amo el alcohol, detesto a los borrachos.
23. Llevaba la falda tan corta que se le veían mis pensamientos.
24. Ciertos árboles caídos venden su leña carísima y por capítulos.
25. La poesía está en todas partes, incluso en algunos versos.
26. Cuando me daba por soñar nunca dormía, ahora que duermo a pierna suelta ya no sueño.
27. La mejor vacuna, aunque tome su tiempo, es el olvido.
28. La vida me ha tratado demasiado bien, pero soy un desagradecido.
29. Pues anda que tú (slogan electoral).
30. Puede que sí pero no empujen.

Charles Bukowski


Yo no analizo jamás, me limito a reaccionar... Yo ando con todos mis prejuicios. Jamás intento mejorarme o aprender algo. No soy uno que aprende, soy uno que evita.

Charles Bukowski.

Hermann Hesse


Cuando odiamos a alguien,
odiamos en su imagen algo que está dentro de nosotros.

Hermann Hesse.

Hiroshima


Sinopsis.

Un musical mudo, basado en hechos reales. Juan canta en una banda de rock pero no habla mucho. Juan trabaja en una panadería por las noches pero durante el día desaparece. Esta es la historia de uno de esos días, la historia de lo que pasa cuando se despierta.

Notas del director.

Hiroshima es el retrato de un personaje solitario que está un poco distanciado de la realidad que lo rodea. Ese personaje está basado libremente en la vida de mi hermano, Juan Andrés Stoll, que es el actor de la película. Los personajes que aparecen en la película están actuados en muchos casos por las personas verdaderas. El padre de Juan es verdaderamente nuestro padre, también el hermano, la madre y los miembros de la banda. Los otros actores son amigos, personas cercanas a ambos que de alguna manera representan los papeles que hacen.

De esta manera , jugando con el limite entre ficción y realidad, Hiroshima cuenta una versión un poco onírica y un poco irónica de los días de Juan.

Una de las características de mi hermano Juan es que habla poco y que siempre parece estar en su propio mundo. Mi desafío como realizador, era tratar de expresar ese extrañamiento de una manera cinematográfica que pudiera hacernos sentir, cómo espectadores esa extrañeza del personaje frente a lo cotidiano. Por eso en Hiroshima cuando los personajes hablan no los oímos y esos diálogos están contados a través de intertítulos, como en el cine mudo.

Pero lejos de ser una película sin sonido, es solamente una película sin palabras: los ambientes, los ruidos y sobre todo, la música ayudan a crear ese clima hipnótico, ese lugar levemente irreal dónde vive mi hermano. Un lugar en que las palabra no se escuchan.

La música juega un papel fundamental en la vida del Juan que canta en una banda de "rock". La película es una invitación a que escuchemos junto a Juan la "banda sonora" de su vida, desde su discman. La música es la forma que Juan tiene de relacionarse con el mundo.

Hiroshima, es tal vez, el estado de animo, desolado de un personaje solo y solitario, que deambula por un paisaje interior arrasado. Un personaje que no tiene un lugar en este mundo, salvo en un escenario gritando palabras sin sentido al ritmo de dos guitarras, un bajo y una batería.

Pablo Stoll
Montevideo, julio de 2009

Literatura con vallas

El ómnibus se detuvo en el kilómetro doscientos once. Marisa bajó y el chofer también, para entregarle su equipaje. Cuando el ómnibus retomó su marcha Marisa empezó a caminar. Eran parajes de tierras rojizas. Ignoro por qué tenían este color; en verdad no sé nada de geología.

Marisa caminó un par de kilómetros y se sentó a descansar sobre su equipaje. Ignoro si hacía calor o frío porque no sé nada de meteorología (además yo no estaba allí). Marisa quería levantarse y seguir su camino, pero tenía dolores en la pelvis. Nada puedo decir, por desgracia, sobre el origen de estos dolores, porque carezco de los más elementales conocimientos de ginecología.

Mariza hizo acopio de fuerzas y se levantó. Para orientarse mejor sacó de su bolso unos binoculares (o quizá fuera un catalejo; no sé nada sobre instrumentos ópticos) y echó una ojeada a los confines de su visibilidad. Avistó una figura humana, mosqueando en el horizonte. Caminó hacia ella. La figura caminaba a su vez hacia Marisa. Esto es lo que creo, aunque no me respalda en ello ningún conocimiento de geometría.

Unos minutos después la figura se hizo reconocible para Marisa. Era un hombre. Andaba casi desnudo y estaba peinado y maquillado con arreglo a las normas vigentes en el grupo humano, tribu, clan o a lo que fuera que él pertenecía. No quiero dar detalles sobre esto por miedo a meter la pata, ya que no sé absolutamente nada de antropología.

Cuando lo tuvo cerca, Marisa sacó su cámara fotográfica. Creo que se puso a regular el fotómetro, y no sé cuántas cosas más. Marisa era una excelente fotógrafa, pero yo no solamente no lo soy sino que no tengo la más puta idea de cómo se saca una foto. Parece que aquel hombre tampoco la tenía, porque cuando vio el artefacto se asustó. Se acercó a Marisa y le arrancó la cámara de las manos. No conforme con esto, le arrancó también la ropa y —ya con más delicadeza— se sacó él mismo la poca que traía puesta.

Entonces ocurrió algo que que me veo incapacitado de describir, quizá por falta de experiencia personal en la materia. No sé nada sobre sexo, y creo que por ahí corría el asunto. (Perdón si en algún momento me expreso de forma confusa o incorrecta; es que no sé nada de gramática.) En verdad la única disciplina que domino es la literatura. Sinceramente, creo que sé más que nadie en esta materia. Pero ya no puedo escribir más, lo siento. Mi falta de formación en otras disciplinas me lo impide, interponiéndose constantemente entre mi pluma y mis lectores. Esta traba merecería de mi parte, sin duda, un profundo estudio, pero yo no lo puedo hacer porque no sé nada de epistemología.

Sólo me queda entonces decir adiós, y gracias (no sé si corresponde despedirme así; perdón, pero es que no sé nada sobre modales).

Leo Masliah.